La ciudad que fue

A ELIANA

  Manantial de la vida, voz angélica,
de ti nacen los ríos que endulzarán la tierra,
Carlos, Ana María, Miguel, Juan y Leonora,
escolares audaces de ilusión ardorosa
con los otros menores, Pedro Ignacio y Rodrigo.
Antiguas Voces llaman en tus versos divinos
y en ti la brisa adquiere sus fragancias de huerto.
Eres la primavera y el rubor de los cielos.
Eres cristal de roca : delicada y potente,
exquisita y segura, tenaz y transparente.
Toda la vida sea como estas horas
en que marchamos juntos por luz y sombra.
Espina es el amor, rosa y quimera,
manantial de la vida, voz angélica.

José Miguel Vicuña



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