Antiguas voces llaman

NOCTURNO

Conozco el ancho reino de la sombra.
En él mi corazón bebe la esencia
de seres indecibles;
en él se adentra, en su tiniebla sola
templa su blando acero a la congoja.

Ríos nocturnos cruzan este valle,
heridas voces, temblorosas bocas,
manos que se alzan, búsqueda infinita
hogueras crepitantes en la sombra.
iAh! Mi barca conoce sus confines.
Mis labios han probado su alta copa
de sueños y fantasmas.

Constelaciones de violenta llama
danzan en la llanura.
La luz en vano tiende su amplio cerco
Bárbaro viento, dulce y embriagante,
me envuelve el corazón, como una ola.


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