Antiguas voces llaman

.AL DOLOR

En vano intentas retener mi brazo
entre los dedos de tu mano fuerte
y extinguir la alborada de mi suerte
con el pálido tinte de tu ocaso.

En vano viertes en mi claro vaso
tu oscuro vino de tiniebla y muerte.
En vano acecha tu pupila inerte
por detener el ansia de mi paso.

En vano, pues de ti ya liberada,
alza mi frágil mano desgarrada
un sacrosanto cáliz de alegría.

Y en la negra raíz de mi sollozo
brota un perenne manantial de gozo
bajo el rojo esplendor del nuevo día.


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