Antiguas voces llaman

ANGELUS DE MEDIODÍA

 

Dios está en el paisaje, abierto, omnipotente,
surgiendo desde el hondo clamor de la montaña,
rodando con el blanco rodar de la vertiente.
¡Todo el rumor del mundo va cantando en su entraña!

En jubiloso hosanna se agitan lo trigales;
el sol entona un salmo viril en la colina;
un suave incienso agreste sube de los jarales
y hay un temblor de llama bajo la niebla fina.

Dios está en el paisaje. Como un vino violento,
lo he gustado en el vaso tremolante del viento,
lo he mirado sangrar en la flor de los notros,

y mientras de los surcos su mano se levanta,
es la tierra vibrante la que conmigo canta:
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.


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